
Villalba es una chica afrancesada. Literalmente, puesto que hace unos cuatro años se fue de aquí, de nuestro Buenos Aires, en busca de un futuro mejor.
Allá, en St. Ettienne las cosas le han ido mejor de lo esperado. Un francés llamado Vincent la ha desposado y viven sus etapas de felicidad con mucho orgullo. De vez en cuando recibo algún mail que me informa sobre la actualización del álbum de fotos familiar.
A Villalba la conocí por casualidad, allá por el ´97, cuando los dos intentábamos encauzar de alguna manera nuestras vidas. Ella trabajaba en una compañía de música y yo en otra.
Un mail de su remitente llegó a destino de mi casilla (por error), yo respondí y entre algunos coqueteos electrónicos nos fuimos encontrando, regando con vino blanco nuestras citas y acabando en la cama que es como deben acabar estas cositas. MV (María Villalba) tenía (o tiene) los mejores atributos de mujer morocha, algo caderona, buenos pechos y sonrisa fácil, piernas largas para su escasa estatura y tronco bien delineado.
Nuestras escapadas (yo de mi próxima ex y ella de su antiguo) consistían en:
Algún trago en cualquier bar, seguido de una corta caminata hacia algún restaurante y encierro en su departamento frente al parque Centenario. Vivía ella en un departamentito muy agradable en un último piso, que dejaba ver la niebla desde su balcón. Nos sorprendíamos volviendo a beber desnudos sentados en una sillas de jardín inexistente en ese balcón, en donde dejábamos que la vecina del edificio de al lado nos espiara con mucha tranquilidad.
MV me regaló pocos pero intensos momentos. Aprendí con ella que la piel dialoga cuando quiere y cuando dos se quieren reconocer sin maquillajes.
En su departamento recibí noticias de un despido anunciado. De mi otro yo que me dejaba para convertirme en lo que soy.
Nunca le dí las gracias de nada, porque la pasión no debe agradecerse, debe tomarse o dejarse, pero nunca agradecerse.
Y cuando la recuerdo, me dan ganas de treparme a algún balcón, para desnudarme, destapar una botella y brindar a su salud.