miércoles, septiembre 20, 2006


- Sí claro, acá estoy, esperando órdenes, tarareando canciones, atendiendo el teléfono...
- A qué hora llegaste?
- Al trabajo?
- Si...
- Temprano, como siempre. De todas maneras debería haber llegado mucho más tarde, tuve un viaje paupérrimo. Entre la cantidad de gente, el olor nauseabundo del tren, la gorda de al lado que enterraba su cartera en mi costillar, las contracturas, etc., la cosa se hizo insoportable.
- Es el tren que pasa
- Pasa por la casa de la gente que no está en su casa...
- Pasa...
- Por qué tenés esa cara hoy?
- Porque no pude cambiármela, no hice a tiempo.
- Te dije que te quiero?
- No
- Bueno, te quiero
- Entonces?
- Que te quiero
- Qué pasa?
- Qué?, te quiero
- Y eso te dá derecho a escupírmelo así de esa manera?
- No
- Y entonces
- Se me hace tarde.
- Ok, maquillate, parece que tuviste una noche de aquellas...
- Ojalá!
- Mmmmm.
- Nada.
- Ok.
- Después nos vemos?
- No

9 comentarios:

El Trompo Promiscuo dijo...

"el jardinero que amaneció temprano cortó los tallos de las margaritas y se fue mirando al sur buscando el verano. Nadie perdió tiempo en enterarse si se fue para quedarse o si fue buscando emociones. Así son las cosas, es el cambio de estaciones"... Día de Honestidad Brutal

Caríssimo Cuore dijo...

estuve pensando mucho en esa canción, ha dado usted en el mismíssimo clavo

El Trompo Promiscuo dijo...

Ud. me conoce y Yo lo conozco.. Son años!!!

Almirante Margarito dijo...

¿A los tiros en la oficina? ¡Cuidado!

Almirante Margarito dijo...

todos los rosales son iguales
lastiman los dedos

Caríssimo Cuore dijo...

Cada rosa tiene su espina Almirante

tazelaar dijo...

la histeria. es como la usina de la ereccion
que??????? cualquiera.

Naty dijo...

nunca había pensado eso que por mucho que uno quiera a alguien no tiene derecho de usarlo como bala verbal... tough!

Anónimo dijo...

aha