La vista clavada en la esquina, el frío calaba los huesos. La ví llegar, despampanante, sola. Inverosímil sobre todas las cosas. No era real hasta el momento de pronunciar "adiós". A dónde, a Dios, adónde voy, si yo no creo en Dios. Era real, porque se fue como todo se va en la vida, porque sí. Nos despedimos en el baño de la legislatura porteña. Desarrugó su pollera y enderezó sus medias de nylon. Y otra vez me dijo adiós, ¿adónde?
2 comentarios:
A ver si nos cruzamos otra vez quiere decir querido mío!
Gracias TN, la palabra justa dicha suave al oído, me encanta!
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